Octubre 2020 | PM
Octubre 2020 | PM
Porque cada día construimos bellos momentos. Conoce algunas de nuestras historias de vida, que gracias al poyo de nuestros amigos y benefactores, hoy podemos contarlas como Historias de Amor, Generosidad y Alegria!
Britany es una linda y alegre niña de 9 años que responde felizmente con una sonrisa al escuchar su nombre. Sufrió de maltrato infantil a los 4 meses de edad, al encontrarse en un espacio y lugar inadecuado para su estado de salud, no recibió la estimulación y rehabilitación necesaria para tratar su diagnóstico clínico de parálisis cerebral infantil.
Ingresó al Hogar de la Misericordia en el año 2014 a través del DIF, desde su ingreso se integró al programa de Terapia Física, para fortalecer su cuello, evitando la progresión de deformidades, desarrollando una mayor atención y estimulando su coordinación fina. A base de atención y cuidado ha tenido mucha mejoría, logrando que sostenga objetos y jugar con ellos.
Un gran ser humano, huérfana desde muy pequeña, estuvo al cuidado de una tía con una familia muy numerosa. A los 10 años una conocida le ofreció acomodarla en un trabajo, la familia no dudó en permitirlo. A los once años tuvo a su única hija, a los 15 escapó y su hija se quedó con un familiar lejano de su pueblo y ella se fue a trabajar como empleada doméstica a Estados Unidos. Su hija no quiso saber más de ella. De edad avanzada, enferma de sus manos, con las rodillas sin sostenerla, sin comida y moviéndose con dificultad en una silla de ruedas, llegó al Hogar de la Misericordia una primavera. La vida la sorprendió al conocer a Cipriano, un adulto mayor que fue rescatado de la calle con lesiones severas. Se hicieron amigos, él empujaba la silla, le compraba un refresco, la trataba con cortesía. Cuando Cipriano, con sus 89 años se enojaba y se negaba a comer, ella con sus 80 se acercaba a compartirle el alimento que le había guardado, decía que la Misericordia la había conocido en el Hogar, en la Misa Diaria, en el cuidado de las personas, en la gentileza de un caballero servicial.Han pasado ya 9 años desde su ingreso al Hogar. Gracias a los cuidados recibidos su esperanza de vida aumentó, hoy Panchita tiene 83 años de edad y es una persona siempre agradecida, amable y gentil.
Al nacer presentó asfixia perinatal severa. Ingresó al Hogar de la Misericordia en el año 2010, padeciendo parálisis cerebral infantil, retraso psicomotor y grave desnutrición. No acepta el contacto físico y muestra debilidad en sus manos, además de ansiedad, motivo por el cual constantemente las lleva a su boca. Ingresó al programa Rehabilitando Esperanzas, trabajando en la manipulación de objetos de diferentes texturas, tamaños, colores y formas, además de sonidos, mostrando grandes avances.
Con su sonrisa contagiosa, Mario transmite su alegría a quienes lo rodean.
Gregorio Ruiz de 78 años, viudo y sin hijos y su madre María Isabel de 106 años, vivían solos en una humilde habitación que carecía de servicios básicos, apoyados por el programa “Lo haré por ti” de Cáritas de Monterrey.
Gregorio fue sacristán en su parroquia, donde lo jubilaron. Cuidó de su madre sumida en la osteoartritis degenerativa y la demencia, hasta que sus fuerzas se lo permitieron. Juntos ingresaron al Hogar de la Misericordia en octubre de 2011, superando la desnutrición y la soledad que padecían.
Gracias a que ahora Gregorio se desplaza en silla de ruedas, puede estar cerca de su madre, Chabelita, quien se encuentra en cama por el deterioro de su avanzada edad, recibiendo atenciones y cuidados de nuestras enfermeras y médicos geriatras
Su sonrisa