Gracias al apoyo generoso de nuestros benefactores y de la comunidad, el Hogar de la Misericordia ofrece vida digna a niños y ancianos con enfermedades irreversibles y/o terminales no contagiosas, en completo desamparo y sin recursos económicos. Les brindamos albergue, vestido, alimentación, medicamentos, terapias físicas, asistencia médica, dental y de enfermería.
En esta labor participan las religiosas que están a cargo de cada Hogar de la Misericordia apoyadas por médicos, enfermeras, terapistas, cocineras, afanadoras y choferes.